Podríamos cambiar el mundo con un simple gesto de muñeca si contásemos con varitas mágicas que alterasen el equilibrio de la humanidad.
Y es que cambiando de chaqueta solo desaparece tu lado antiguo más externo mientras que el nuevo que deseas presentar se esconde entre las nubes de detrás de tu jardín lleno de tulipanes y orquídeas ya marchitas.
No sabemos que nos deparará el futuro ni quien elegirá el momento de utilizar la magia, de lo único que estoy segura es de que es verano y te tengo a mi lado.
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